Semblanza a la hora del adiós.


Escuela Oro Negro

Douglas Díaz Miranda.
Director

Trabajó desde los 11 años en distintos oficios, su infancia no fue muy feliz.....conoció del dolor…y de la vida siendo muy niño.
Trabajó en el Servicio Nacional de Salud.
Por aquellos años como todo jóven vivió la ilusión y el encuentro del gran amor de su vida y formó un hogar.
Una vez casado, terminó su educación. En un año cursó tercero y cuarto, y posteriormente quinto y sexto de Humanidades, y continuó buscando una nueva meta ....quería ser educador así … hace 35 años atrás un joven alegre y lleno de ideas egresó de la Escuela Normal vespertina de Viña del Mar, con la especialidad en matemáticas.
Corría el año 69.
Su trabajo como educador comenzó en la escuela de la Parva de Viña del Mar.
Luego…. trabajó en colegios particulares del oficio diocesano de Educación Católica; cumpliendo además funciones como Director de la Escuela de la Parva, eran los años en los que los profesores corríamos entre una escuela y otra.
En 1994 asumió como director de la Escuela Oro Negro.
Era un hombre diferente, sencillo, tranquilo.
Con él nacieron los grandes proyectos de la escuela y llegaron los adelantos tecnológicos: la sala de computación, el cambio de lugar de los baños, de las salas, pavimentos, muros. Grandes arreglos de la escuela se hicieron durante su gestión.
Consiguió un proyecto hermoso, la biblioteca, con la Fundación la Fuente, gestionó la JEC y soñó con la sala digna para sus profesores, las oficinas para su personal, el comedor de los codocentes, la enfermería.

Se cambió el mobiliario que hace 25 años estaba en la escuela.

El Director, se movía rápido, se destacó por ocuparse de los problemas de cada día, tuvo la palabra justa y oportuna para cada uno de nosotros en el momento en que se necesitaba y esta pudo ser de consuelo o un llamado de atención.
Siempre estuvo dispuesto para dar espacios a lo nuevo, así nació la “estrellita lectora” proyecto que tantas satisfacciones nos regaló.
Escuchaba, alentaba, no le importaba si antes existía un roce por que disculpaba de inmediato y dejaba atrás, olvidando y sacándose de encima el dolor o las palabras mal dichas hacia su persona. Era su trato inmensamente humano.

Propició una dirección horizontal con trabajo de equipo y entusiasmó con su trato cariñoso, por lo tanto cuando él solicitaba algo nadie decía- NO; – aceptábamos- era difícil negarse por el compromiso que se adquiría con él.

Fue interpretado como “blando” más de alguna vez. Una interpretación poco acertada; por que su estilo nunca fue lo impositivo, la orden por la orden o la demostración del poder; el mantuvo un estilo afectuoso, cordial, respetuoso hacia cada persona.

Como esposo y compañero se esforzó por resolver todo lo que tenía competencia con el día a día de su hogar. Junto a su esposa construyeron un hogar cristiano y ambos trabajaron para él.
Como padre se sintió orgulloso del profesionalismo de sus hijas, contaba de las bromas de sus yernos y más tarde de los avances de sus nietas y nietos.

El día a día de Douglas como director era dinámico, era el motor que le daba vida a nuestro quehacer. Se notaba cuando el no estaba, por que al volver revolucionaba el “sistema”. Iba por un vidrio, iba a la cocina, llamaba delegando una función, rayaba la cancha a alguno de nosotros, buscaba al centro de padres, conseguía dineros para costear alguna necesidad de los niños, preguntaba por un caso...todo con el detalle del buen trato, de la conversación agradable, clara, precisa y transparente.

Douglas, era director y dejaba bien en claro sus funciones como tal, ahí no permitía intromisiones, podía escuchar ideas.....pero la decisión última, era siempre la suya.

En el plano informal, siempre era el director aceptaba la broma.... pero medida y si alguien se salía de sus casillas dejaba que la persona se expresara, escuchaba, y contestaba lo adecuado y al final hacía lo posible por revisar el problema y a pesar de todo… disculpaba.......

Su actuar estaba gobernado por la mesura, por la experiencia, la sensatez, la madurez que se manifestaba en su capacidad resolutiva, visionaria y serena, era un líder por excelencia.

Siempre buscó dar más categoría a su escuela, la elevaba, trajo espectáculos de nivel para sus apoderados. Mejoró su infraestructura, pidió, solicitó para su Escuela.
Condujo a sus profesores a la convivencia social, integrando, mediando... nos invitaba a lugares dignos, de categoría, donde los profesores se merecían estar.

No quisiera terminar estas palabras sin mencionar al amigo.

Douglas, era un gran amigo de todos los que aceptaban su amistad. El
legado de su amistad perdurara, marcó una impronta indeleble en el alma de quienes lo hemos amado como amigo.

En el no se conocieron dobleces, las ideas que tenía que decir en algún momento llegaban hasta nosotros, a todos... a sus pares, profesores, inspectores, auxiliares, alumnos y también sus apoderados conocieron sus consejos o su malestar.

Nuestro Director era asertivo, manejaba a la perfección las relaciones humanas, usaba su sentido común y más que todo él, CINCELABA cada día en nombre de DIOS.


Su vida tuvo tanto sentido………

Me voy a permitir decir algo que es muy mío…tengo presente Douglas en cada instante tus consejos, tu postura cristiana frente a la vida, tu fe en el Señor, y tus “70 veces siete “Marcia” cuando mis ataques de rebeldía llegaban hasta mí, en fin…. en cada uno de nosotros dejaste un recuerdo.
Cada día que vivimos parece que la vida nos mostrara hechos que nunca pensábamos ocurrirían y henos aquí en la despedida, en el último día y es difícil….no llorar, el dolor es un sentimiento tan propio de nosotros los seres humanos… más….hace un tiempo aprendí un secreto
“el nacer y el morir son solo los extremos de una eterna cadena multiforme y extraña donde océanos de vida se renuevan y cambian, nada muere de verás….NO! Tu no estarás muerto, estará tu presencia en la tierra en tu escuela en el aire, en la flor,… en el agua en el fuego en la nube… estarás siempre con nosotros cada vez que alguien te recuerde….

Douglas, querido Director…. Querido Amigo….

Descansa en los brazos del Señor.


Amén





Concón, 15 Octubre de 2006.